En la Avenida Federico García Lorca se ubica un inmueble que dispone de un diseño de baldosas hidráulicas de Escofet. Se trata del colegio La Salle, edificio construido en el antiguo “Malecón de Abellán” y que en su origen se levantó para que hubiera en él un cuartel de la Guardia Civil.
Tras pertenecer a “La Instrucción Popular”, el arquitecto Guillermo Langle comenzó las reformas del mismo en 1935 para instalar el centro educativo que alberga en la actualidad, pero las obras no culminaron hasta después de la Guerra Civil.
.jpg)
Emilio Ángel Villanueva expresa lo siguiente sobre el edificio: “su fachada, organizada en tres plantas, presenta los característicos elementos ornamentales neobarrocos de Langle (…) pero carece de juego de texturas y de color tan característico de la nueva corriente, a la vez que mantiene un esquema compositivo fuertemente académico, con estricta regularidad en la distribución de los vanos”.
En la planta baja del edificio, en un aula que da a la calle Profesor López Neyra, ha sido recuperado y abrillantado un pavimento hidráulico de tonos apagados por la empresa "Pulibrill", semejante al que realizaba la casa Escofet. Estaba oculto por unas baldosas rojizas que no parecían encajar con la naturaleza neobarroca - académica del edificio que Guillermo Langle Rubio reformó cuando lo adquirieron los Hermanos de La Salle.
A propósito de los religiosos, en la web del centro explican que, al finalizar la Guerra Civil (año 1939) empezó a residir en él la nueva Comunidad de Hermanos. Posteriormente, sólo un año más tarde, el Colegio ya contaba con 600 alumnos, entre los que había 90 en régimen interno. El centro fue “adquiriendo la cara que conocemos”, por lo que el 15 de mayo de 1943, con motivo de la fiesta de La Salle, se inauguró el mosaico de la fachada – la “estampa de las cinco razas” -.